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¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional? 

  04/04/2016 Educación Inteligencia Emocional Psicología positiva


Este concepto tan de moda hoy día en el ámbito educativo, y a veces tan desconocido para las personas que no están dentro de él, nos lleva arrojando luz a este momento de cambio sociológico ya bastantes años. Con este artículo, sin entrar en las bases neurológicas de la inteligencia emocional, intentaré acercar la respuesta a esta pregunta, ayudandome de otras preguntas y respuestas más cotidianas.


¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional en la búsqueda de empleo?


Las entrevistas de trabajo y los currículums, con las competencias, son un claro ejemplo de nuestro pasado basado tan sólo en la inteligencia académica, en pugna con nuestra actualización social basada en este término del que estamos hablando. Pues bien, las competencias no son otra cosa que nuestros rasgos y atributos de personalidad, pero si desgranamos un poco más el término llegamos a la conclusión de que son las capacidades aprendidas y basadas en la inteligencia emocional, que desembocan en un buen rendimiento en el trabajo; de ahí que sean tan importantes ahora a la hora de conseguir un hueco en el mundo laboral, ya sea como profesor, como dependiente de una tienda de moda o alimentación, como ejecutivo, como jefe de taller, como asesor, como comercial, etc…


¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional en la formación académica?

 

En el origen del sufrimiento humano y sobre todo la base de los Trastornos psicosomáticos son los miedos, la culpa y los deseos. Veamos ahora el desarrollo de la emoción del miedo en el individuo y en qué influye a la formación académica


Entre los 6 y 18 meses comienzan los temores a la oscuridad y a lo desconocido.


Alrededor de los 8 meses aparece la angustia frente al rostro de un extraño.


En la segunda infancia (2-3 a 6-7 años), aparecen temores a los animales, a los monstruos y a las situaciones de soledad.


Es a partir de los 7 años cuando se presentan temores acerca del rendimiento escolar y deportivo y aquí vamos a detenernos en el desarrollo de esta emoción, para intentar resolver la pregunta que tenemos entre manos.

Resulta que gracias al manejo y regulación de nuestras emociones la inteligencia emocional nos ayuda a tener una buena autoestima que nos ayudará a vencer situaciones que se irán dando desde los 7 años en adelante, que podrían causar cualquier tipo de trastorno de ansiedad.


Ahora mismo os preguntaréis qué tiene esto que ver con la formación académica, pues resulta que en diversos estudios realizados en grupos de estudiantes universitarios mostraron que las expectativas eran un mejor predictor de sus resultados en los exámenes que sus puntuaciones en un test llamado SAT, que tiene una elevada correlación con el coeficiente intelectual.

Podríamos decir que una alta autoestima es creer que uno tiene la voluntad y que dispone de la forma de llevar a cabo sus objetivos, cualesquiera que estos sean.


¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional en mis relaciones sociales/laborales?


El manejo de las emociones implica también comprender cómo progresan en el contexto de las relaciones con los demás. Estas relaciones son impredecibles, por lo que el manejo efectivo de las mismas implica saber guiarse a través de las propias emociones y las de los demás, y elegir la vía de acción más adecuada en cada momento. 


Todo esto que estoy diciendo nos ayuda a la hora de entablar un acuerdo comercial, una discusión con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos, nos ayuda a comprender que necesitan nuestros padres o hermanos, y también a comunicar eficazmente que es lo que necesitamos nosotros, desde un punto de vista asertivo y respetuoso.


¿Para qué más me puede servir la Inteligencia Emocional? 


La Inteligencia Emocional influye en la política de nuestro país, en las relaciones amorosas y en la educación de los hijos.

Con respecto a este último punto quiero detenerme para que os fijeis en la importancia que tiene en el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos.


Diversos estudios de instituciones de la salud mental han puesto de relieve que buena parte de las diferencias en el grado de empatía se hallan directamente relacionadas con la educación que los padres proporcionan a sus hijos.


Se ha estudiado los breves y repetidos intercambios que tienen lugar entre padres e hijos, sostiene que en esos momentos de intimidad se está dando el aprendizaje fundamental de la vida emocional. Existe sintonización entre dos personas -una madre y su hijo, o dos amantes en la cama- cuando la una constata que sus emociones son captadas, aceptadas y correspondidas con empatía.


¿Porque no he escuchado antes sobre la Inteligencia Emocional?

¿De verdad es algo tan importante?


Una gran parte de nuestras conductas son aprendidas culturalmente, la cultura es una herramienta social por la cual somos capaces de aprender nuevos conocimientos como especie. Es definida por Newstrom y Davis (1993) como ” el medio ambiente social de las creencias creadas por los seres humanos, las costumbres, los conocimientos, y las prácticas que definen la conducta convencional en una sociedad”.

La cultura mayormente es beneficiosa pero, en algunos casos puede ser castrante como es el caso que nos acontece ahora mismo.


La tensión entre emoción y razón ha estado muy presente a lo largo de la historia del a cultura occidental. Comenzó con el movimiento estoico de la antigua Grecia, que consideraba los estados afectivos, impulsos, miedos y deseos como algo demasiado individualista, único y centrado en el yo, para ser considerado fiable y digno de tomar en consideración como guía de comportamiento. Dentro de la filosofía estoica, la persona sabia, prudente, es aquella que rechaza todo tipo de emoción o sentimiento.

Posteriormente este pensamiento impregnó gran parte de la concepción cristiana del mundo, su disciplina, sus ritos, lo que, finalmente, desembocó en el desarrollo de una serie de concepciones morales y sociales que se incrustaron con fuerza en el pensamiento occidental.


Aunque esta tensión entre razón y emoción continúa estando presente en los hábitos de pensamiento y de conducta de muchas personas y sociedades, su influencia ha ido diluyéndose paulatinamente a lo largo de los siglos. Un hito clave en esta progresión histórica lo protagonizó el movimiento romántico europeo de finales del siglo XVIII, en donde artistas de todos los ámbitos enfatizaban como el pensamiento intuitivo podría facilitar una comprensión sobre la vida que la lógica no permitía.

Posteriormente, esta tendencia culminó en los años 60 del siglo pasado, con los movimientos sociales y políticos en rebeldía contra las fuerzas del racionalismo, representadas por los distintos gobiernos, y con el movimiento humanista en Psicología, con su énfasis en la autorrealización, el sentirse bien con uno mismo, en experimentar las emociones directamente y en el crecimiento emocional.


Desde entonces hasta ahora, el mundo y la sociedad han ido avanzando hasta este punto en el que vosotros leéis este artículo y os planteo la pregunta , ¿Para qué sirve la Inteligencia Emocional? , os corresponde ahora a vosotros el otorgaros una respuesta.

 

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