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Dra Germaine Escames

La melatonina, la hormona que protege la piel de la contaminación ambiental

Dra. Germaine Escames

CIBM-PTCS, Universidad de Granada, gescames@ugr.es

A lo largo de estos años hemos demostrado en nuestro laboratorio que tanto la melatonina de origen pineal, como la que se produce en los demás órganos y tejidos de nuestro cuerpo, disminuye con la edad, y este descenso está directamente relacionado con el envejecimiento celular. Hoy día sabemos que el déficit de melatonina en la piel que aparece con la edad es una de las causas del propio envejecimiento, que se manifiesta en los signos clínicos de estrés oxidativo, nitrosativo e inflamatorio, causando un daño lento e irreversible en las mitocondrias celulares. Por tanto, las células de la piel dependen de la actividad mitocondrial, que produce la energía necesaria para llevar a cabo todas sus funciones como la proliferación celular, síntesis de proteínas (colágeno, elastina, etc.), eliminación de radicales libres. Con el paso de los años, la contaminación ambiental y el estrés oxidativo dañan la mitocondria disminuyendo la producción de energía necesaria para la reparación celular. La consecuencia es un aumento de la muerte celular y un envejecimiento de la piel.

En definitiva, si el déficit de melatonina es una de las principales causas del envejecimiento y está relacionado con una disfunción mitocondrial, la aplicación de melatonina en la piel es un procedimiento de elección para frenar el deterioro que se produce con el envejecimiento y contaminación ambiental, así como para prevenir los efectos segundarios que se producen tanto con la radio como con la quimioterapia en la piel.

Además, hemos demostrado que las concentraciones altas de melatonina aumentan la citotoxicidad de la radioterapia y la quimioterapia en las células tumorales de cáncer de cabeza y cuello, melanoma y páncreas, al mismo tiempo que protege los tejidos normales.