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Tratamiento Integrativo del Síndrome Metabólico.

El síndrome metabólico es una patología que está aumentando vertiginosamente en los últimos años. Cada día se diagnostican unas 247 personas de síndrome metabólico, lo que supone unas 95 mil personas cada año. El síndrome metabólico es un conjunto de alteraciones metabólicas constituido por obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión e hiperlipidemia, que da lugar a diferentes enfermedades cardiovasculares como diabetes, hipercolesterolemia, insuficiencia cardíaca, hipertensión e incluso alzhéimer.

El hecho de padecer síndrome metabólico aumenta por dos el riesgo de sufrir un episodio de enfermedad cardiovascular, hasta por cinco las tasas de diabetes tipo 2 y hasta por tres el de sufrir un accidente cerebrovascular.

En el tratamiento de esta patología es clave conocer las bases moleculares por las cuales se producen las alteraciones cardiometabólicas. La adiposidad visceral se considera el principal desencadenante de la mayoría de las vías fisiopatológicas de este síndrome, liberando los 3 factores clave de este síndrome: que son la resistencia a la insulina, la metainflamación y la activación neurohormonal. La vía final es un estado proinflamatorio que explica la elevación de varios marcadores inflamatorios, como la interleucina 6 (IL-6), la interleucina 1 beta (IL-1β), la proteína C reactiva (PCR) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), observados en individuos con síndrome metabólico.

El aumento del tejido adiposo visceral expone al hígado a niveles elevados de ácidos grasos libres (AGL) que alteran el metabolismo de los lípidos y carbohidratos hepáticos, lo que da lugar a un aumento de la producción hepática de glucosa y a la disfunción de las células β pancreáticas, lo que resulta en una disminución de la secreción de insulina. El resultado de esta vía alterada es la resistencia a la insulina, que contribuye al desarrollo de hipertensión y estado protrombótico, además de la liberación de citoquinas proinflamatorias, todo lo cual contribuye a aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.